Un desconocido quiere comprarme durante un mes.
Ryan tiene dinero, y no hablo de que sea rico sin más; tiene una cantidad de dinero digna de un cuento de hadas, algo que podría cambiarme la vida. Me ofrece 50.000 dólares a cambio de ser su compañera. No sé exactamente qué incluye eso, pero soy stripper, así que me hago una idea.
Cuando llego a su casa, nada es como me esperaba. No me pone un dedo encima, al menos no enseguida. Me trata como si fuese su novia: paseos en su deportivo por la costa, comidas en restaurantes que cuestan lo que suelo ganar en un mes.
Me cuenta su historia y empiezo a enamorarme poco a poco del atractivo hombre que se oculta tras su caparazón. Sé que no debería hacerlo. Lucho contra lo que siente mi corazón porque todo esto es una fantasía, un sueño que llegará a su fin tras treinta días.
Y así es, el sueño termina.
Dejarlo todo atrás es lo más difícil que he tenido que hacer nunca.
Hasta que me doy cuenta de que he llegado tarde.
Ryan va a creer que me he quedado embarazada a propósito, así que decido no decírselo. Y entonces recibo una llamada que lo cambia todo.
Ryan me ha estado ocultando algo, y de repente descubro que tengo que luchar por algo más que su amor. Tengo que luchar por su vida.
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